Autor:
Miuler Vásquez González
Ranking en Amazon: #674015
(ayer: #673612)
Páginas: 120
Descripción:
Yaku, agua; runa, hombre. Las historias de este libro se enmarcan en un escenario selvático, donde los seres mitológicos amazónicos, los hombres del monte y la naturaleza misma, dan lugar a la existencia de un personaje sobrenatural.
Yakuruna, ?hombre del agua?, soberano de los ríos y lagos, grande en sabiduría, dotado de astucia sin igual, y el más profano de las deidades de esta parte de tierra. Con él, en su lecho, sucumbe el horizonte enrojecido, cada tarde. A él, vienen los vientos, el llanto de la yakumama, y de vez en cuando, siempre que la noche sea muy oscura, algún leve resplandor le acompaña en su vasto recorrido.
Con la luna es mejor: le hace bien aquella luminiscencia, sobre todo si se trata de la luna llena. Entonces va de un lado a otro, sube la montaña, desciende, camina por las riberas, entre el empedrado, sobre la arena? Y tras caerse por los despeñaderos, adrede, reaparece campante, muy seguro de su vitalidad.
Se dicen muchas cosas de él; por ejemplo, que a veces es un pez grande y negruzco? O que no, más bien un hombre con aletas, rápido, veloz, que se asoma intempestivo ante una canoa poco tripulada, hasta tumbarla y llevarse consigo a una mujer, que es en realidad lo que busca? Otras veces, en cambio, se disipa como el aire, zumba que zumba por entre los árboles, aplastando la fina hierba con brusquedad. En estos casos, no es posible verlo, pero no importa, ya se sabe que cualquier aspecto le concierne, incluso alguno invisible.
También se convierte en hombre, uno diferente al resto, apuesto, con las espaldas endurecidas y brazos corpulentos. O más bien tímido, elegante, o de la forma que su percepción le indique, para que no sucumba por anticipado.
A los festejos, celebraciones nocturnas que suelen darse cada cierto tiempo, llega cuando la multitud danzante, ebria de tanto beber licores de yuca fermentada, no cesa de gozar con cada baile, al parecer interminable. Surge de la nada, se mezcla con el tumulto, baila... sin embargo, algún humano lúcido, que se ha dado cuenta ya de que el aparecido no es del lugar, arremete contra él, furioso, con palos, piedras, incitando al resto a sumarse a tal acometida... Vencido, el yakuruna huye acelerado, o desaparece en las aguas del río más próximo. Mas no siempre es detectado, no: hay veces que pasa desapercibido. Entonces es que bebe, se embriaga con los demás, y finalmente, valiéndose de sus encantos hombrunos, seduce a la mujer más agraciada del lugar y se la lleva, quién sabe a qué recoveco de las profundidades del río.
Nunca se ha vuelto a saber de una mujer raptada por un yakuruna. Si aún sigue con vida después del rapto, o resultó ahogada, es un misterio. Unos creen que los peces terminan por comerse los cuerpos inertes de las víctimas, y otros, aseguran que este ?hombre del agua? convive con muchas mujeres en el fondo del río.