Autor:
Daniel Ashkenazi
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Páginas: S/D
Descripción:
Introducción
Una primera lectura al artículo El Delirio y los Sueños en la Gradiva de W. Jensen, una hermosa tarde de 1990, en la Sala de Artes de Humanidades de la biblioteca que se levanta en el antiguo barrio de La Candelaria, vislumbró por primera vez en el autor de la presente obra, la comprensión absoluta de la presencia de la bestia mitológica que moraba en las profundidades del alma humana, de un mal que se alimentaba de la nostalgia y de la tristeza de un pasado perdido, casi remoto; de una desesperanza que habitaba en la noche oscura y profunda.
Fue durante aquel lluvioso mes de octubre de 1990 que se fue vislumbrando el destino de un solo individuo, la tradición estética del pesimismo y el paradigma del descenso a los infiernos. Elementos que sólo se concretaron luego de recurrir a las sombras de la palabra nocturna, a las palabras de la sombra, palabras que en años más recientes resultaron en un cuaderno de anotaciones que decidió intitular Una Carta desde la Eternidad.
Fue la prefiguración de las notas marginales, de la transformación de aquel vacío existencial en una multitud de existencias singulares que se comunicaban clandestinamente entre sí y que se alimentaron de la poesía de A. Rimbaud, la filosofía de F. Nietzsche y el Liber Novus de C.G Jung.
En un sentido más amplio y más íntimo, fue para él, la prefiguración de Marie Anne a través de la literatura como un arte misterioso, un arte sagrado.
Notas que ha decidido sacar a la luz a pesar del envilecimiento de la producción literaria de estos tiempos donde se propugna tristemente la mercantilización del oficio de escritor. Sólo se puede agregar que estas páginas fueron escritas con sangre.
Una Carta desde la Eternidad da testimonio de la humanidad entera, de esos seres tenebrosos sin nombre, a los que pertenece el porvenir. Es una protesta en contra de la promulgación de la muerte del individuo, interpretada como expresión privilegiada de un pensamiento simbólico. Son las visiones subterráneas de un mundo de profundidades pertenecientes a la propia persona y de un viaje sin regreso a las imágenes alucinantes de la Shoah, el holocausto, al imaginario y al bestiario de las profundidades. Las cosas indistintas venidas del fondo de la noche y de los abismos del mar.
El mar es el gran misterio, el alma del ser humano naufragando en ese abismo. El laberinto de la gran ciudad no ha aparecido más que para desaparecer en las profundidades. Testigo trágico de la condición humana. La decadencia de nuestro tiempo desde un punto de vista espiritual y cultural.
Estas anotaciones esperan trascender más allá de los límites del folletín pintoresco, y aún en sus expresiones más triviales, se les podrá acusar de todo menos de ser falsas. La presente obra ha transformado a su autor en múltiples e insospechadas formas. Con esta obra sólo se ha pretendido ubicar al autor más allá de las puras preocupaciones estéticas para enfrentar los problemas del hombre y su destino.