Continúa la rompedora serie de «Minstrel Valley», creada por catorce autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeño pueblo de Hertfordshire, descubrirás una historia llena de amor, aventuras y pasión.
Un amor inesperado despertará el desilusionado corazón de Nathaniel...
Melanie Chatham sueña con encontrar el amor y con formar una familia. Quinta hija de un vizconde prácticamente en la ruina, sus opciones de encontrar un buen partido son prácticamente nulas. O al menos eso creía ella hasta que conoce a Nathaniel Appelton, duque de Braxton.
Hostigado por su familia, en especial por su madre, Nathaniel está buscando una esposa apropiada a la que convertir en duquesa y que pueda darle el heredero que todos ansían. En sus planes ni siquiera ha considerado la posibilidad de una mujer a la que pueda amar. Al menos no hasta que conoce a Melanie Chatham, una simple dama de compañía, una mujer a todas luces inapropiada pero que despierta en él sentimientos hasta entonces desconocidos.
Sobre la serie:
Minstrel Valley es un proyecto novedoso, rompedor y sorprendente. Catorce mujeres que crean una serie de novelas gracias a una minuciosa organización que ha llevado tiempo y esfuerzo, pero que tiene su recompensa materializada en estas quince novelas que vamos a disfrutar a lo largo de esta temporada. Esta labor de comunicación entre ellas, el apoyo mutuo, la coordinación y coherencia no hubiese sido posible sin nuestras queridas autoras, que hacen visible que con cariño, tiempo robado a sus momentos de ocio, de descanso y de familia, confianza, paciencia, esmero y talento, todo sea posible. Desde Selecta os invitamos a adentraros en Minstrel Valley y que disfrutéis, tanto como nosotros, de esta maravillosa serie de regencia.
Prólogo de Nieves Hidalgo en Si me lo pide el corazón (Minstrel Valley 1):
«Serán novelas divertidas, románticas, dulces, plenas de sentimiento, con personajes que os enamorarán; hasta con leyenda incluida. Historias paridas por la imaginación de unas autoras merecedoras de elogio, no ya solo por su capacidad para ilusionarnos, su disposición a compartir sino, sobre todo, por la manera encomiable de aplicarse al trabajo para ofreceros lo mejor de sí mismas.»