Apareció sin más? Recuerdo perfectamente aquel día. Estaba en su despacho porque Jeff me había pedido que, por favor, los ayudara. Al principio no me pareció una mala idea, pero eso fue porque no sabía quién era Sean Cote, el desconocido que esperaba a mi espalda sin yo saberlo.
Fue muy extraño. Mi cuerpo se paralizó, sentí un súbito calor que recorría cada centímetro de mi piel y, cuando me giré, no podía creer que ese hombre tan... arrebatador fuese el socio de mi marido. Jamás me había hablado de él y de inmediato supe el motivo: cualquier marido querría tenerlo lo más lejos posible de su mujer. Y yo seguía ahí, inmóvil como una auténtica idiota sin saber qué decir.
A partir de aquel día comenzaron todos mis problemas. No podía decirle a Jeff que me había enamorado a primera vista de su socio, y menos aún confesarle que me veía con él a escondidas. No fue nada fácil, y debo admitir que no me siento bien por ello, pero su magnetismo era tal que, cuando lo tenía delante, no era capaz de apartarme, de decir basta.
Si tuviera que definir a Sean Cote en una sola palabra elegiría, sin dudarlo, ésta: provocador.