Candelaria está considerada como la mayor arpía del Canal 5, una modesta tele local del sur de Tenerife. Su conducta se debe a la frustración que siente al no haber cumplido sus metas profesionales y al haber perdido la fe en los hombres. Para colmo, su vida asexual tampoco ayuda a suavizar su mal carácter.
Gavin es el nuevo hombre del tiempo. Recién llegado del otro lado del charco para gestionar una inesperada herencia en la isla, porta en su maleta varios premios de la CBS. Nadie se explica cómo demonios ha terminado en una cadena tan humilde y, para colmo, voluntariamente.
Pero la verdad es que Gavin tiene una misión casi quimérica que mucho tiene que ver con Candela. Porque si hay alguien que cree en los retos imposibles, ése es él.
Con un cámara muy colocado, un jefe hostigador, una becaria pechugona sin personalidad, las peripecias de una madre intentando ir de moderna y queriendo emparentar a su hija con cualquiera que se le ponga delante, malentendidos y alguna que otra serpiente adicta a las cañerías, esta novela encierra varias entretenidas tormentas, tórridas olas de calor y el más chispeante erotismo. Y si no, que se lo pregunten al hombre del tiempo.