Autor:
H. Hex
Ranking en Amazon: #0 (ayer: #0)
Páginas: 49
Descripción:
Nueva obra de la autora de DESEADA, ebook bestseller en erótica.
Advertencia: "Pillada in fraganti: La clienta" tiene un alto contenido de escenas de sexo.
"Pillada in fraganti: La clienta" tiene una extensión de 11.500 palabras y es el segundo de una serie de cuatro ebooks: La detective, La clienta, El asesino, La venganza.
Sinopsis:
Malena trabaja como detective en Barcelona y se ve envuelta en una trama de corrupción donde una de las víctimas es alguien a quien conoce demasiado bien.
Dylan es un policía que está llevando a cabo una venganza a sangre fría y que se siente atraído por la detective que intenta capturarlo.
Excepto por sus escenas eróticas, no se recomienda leer "Pillada in fraganti: La clienta" sin haber leído "Pillada in fraganti: La detective", pues es una continuación de su trama.
Extractos:
"?¿Puedes acercar las velas un poco más, por favor? ?le pidió el electricista en un ronco susurro.
Ella asintió, pues se veía incapaz de proferir palabra, y alargó sus brazos.
?Más, por favor.
Estela así lo hizo, no quedándole más remedio que prácticamente pegarse a ese desconocido, casi rozando su piel, notando el calor que esta desprendía a través del mono de trabajo.
?No veo lo suficiente ?le susurró mientras, con su pie, empujaba la puerta para que se cerrara, dejando el dormitorio a oscuras excepto por esas dos titilantes llamitas?. Acércate más, por favor.
La mujer sintió un fuerte pulso de excitación entre sus piernas, a la vez que su mente parecía gritarle asustada que eso no podía estar pasando, que ella tenía que ponerle las cosas claras a ese electricista. Pero lo deseaba. Mucho. Así que acalló la voz de su conciencia con la necesidad de hacer algo prohibido, algo placentero, pecaminoso incluso, por una vez en su vida. Así que, tan excitada de repente que sus pezones le dolían de la necesidad y sus bragas estaban húmedas y aprisionadas contra sus labios más íntimos, ella se acercó."
"Estela se esforzó por no cerrar los párpados cuando sintió su súbita embestida, las oleadas de placentera excitación que esta mandó por todo su cuerpo, como si una descarga naciera en su sexo, recorriera su columna vertebral y, tras secarle la boca de la necesidad del deseo, estallara en sus pechos. Entreabrió los labios, sin dejar de clavar sus ojos en los grises de su amante. Este sonrió, saboreando el poder, y la besó; mientras su miembro no dejaba de rozar hasta el último resquicio del interior de la mujer en su rítmico movimiento de entrada y salida. Uno que se veía aumentado por las vibraciones de la lavadora, que hacían que todo el cuerpo de la mujer se moviera. Hasta que Dylan decidió que había llegado el momento y dejó de besarla. Se apartó lo justo de ella para echar un vistazo a la rueda reguladora de la lavadora y, tras guiñarle un ojo de un modo provocador, la giró para que comenzara el centrifugado.
Que empezó.
A la vez que él volvía a agarrarla por el culo y a empalarse dentro de ella."
"La clienta entró en el despacho. Lo hizo con decisión, como si el mundo le perteneciera. Taconeando desde sus zapatos de Balenciaga, unos tan elegantes y caros que Malena evitó soltar un suspiro al verlos. Pues, con lo difícil que le estaba resultando ganarse la vida como detective, dudaba mucho que alguna vez pudiera llevar unos ni la mitad de elegantes.
Elena, una rubia en lo mejor de sus treinta y muchos, era una mujer con la que la naturaleza había sido muy generosa al repartir sus dones. O eso o una esposa que había sabido invertir en ella misma el dinero de su marido. Porque Elena no trabajaba. Y, por lo que Malena sabía de su esposo, este era el segundo hijo de una familia pudiente. Por eso su mujer estaba tan interesada en sus servicios, para sacar la mayor tajada posible gracias a las infidelidades de su esposo. El problema que Malena intentaba ocultar mientras, con su mejor sonrisa, la saludaba y le indicaba que tomara asiento, era que con su marido muerto ya no necesitaba divorciarse."