Ranking en Amazon: #0 (ayer: #0)
Páginas: 17
Descripción:
En medio de la tormenta de ejecuciones y violencia sin fin entre los cárteles de la droga en México, que en poco tiempo fueron los más sanguinarios del mundo, el llamado Cártel de Sonora, uno de los más importantes del norte del país, se convirtió en una sucursal del infierno, luego de que tuvo que echar mano de métodos cada vez más despiadados para quitar a la competencia de sus rutas de trasiego y venta de estupefacientes.
Pronto, los otros grupos criminales intentaron copiar estas estrategias, llevando al extremo los asesinatos en que a no era suficiente la muerte, sino había que aleccionar a la sociedad, las autoridades y a sus enemigos. Fueron reclutados mercenarios de todo el mundo; kaibiles guatemaltecos, sicarios norteamericanos, matones ítalos y afganos, era todo por el todo.
Ray, un joven sicario del Cártel de Sonora, estaba destinado por una Providencia oscura, a asumir el control de la organización criminal. En sueños, veía una y otra vez lo que sería su destino sin comprenderlo. Se soñaba muerto, con llagas que le brotaban tal y como en la realidad pasaba, en que se lastimaba por creciente comezón en los brazos que sería incontrolable, preámbulo de lo que convertiría más tarde.
A nivel local, el cartel de Sonora comenzó a buscar ayuda, primero, probando drogas nuevas y luego con el más allá. Con ritos satánicos invocó protección que sería brindada al poco tiempo, justo en el momento en que su declive era inminente; hordas de narcotraficantes muertos salieron de sus entierros, abandonaron sus fosas clandestinas y hasta sus dispersos restos descuartizados, incinerados y desechos volvieron a la vida gracias a un conjuro inquietante.
Con este nuevo aire, el cartel se hizo invencible porque estos zombies, además de inmortales, sabían usar las armas como nadie. El terror, ya no tuvo ningún opositor.
