1809. Una isla desierta en medio del Mediterráneo.
5.000 hombres y 21 mujeres abandonados a su suerte.
¿Por qué la historia los ha olvidado?
1809. Las guerras napoleónicas están en su apogeo. Aunque muchos creen que fueron repatriados a Francia, 5000 soldados del ejército napoleónico, perdedores de la gran batalla de Bailén, han sido deportados a la isla de Cabrera, en las Islas Baleares. Sobreviven a base de un puñado de frijoles y de minúsculas raciones de agua dulce mientras construyen precarios refugios con algunas ramas encontradas en la isla.
Les acompañan 21 mujeres, entre ellas Héloïse, una cocinera de dieciocho años que perdió a su esposo en el mar. Si la guerra ya había herido sus almas, la desesperación del cautiverio les hace perder la razón. Entre privaciones, epidemias y tormentas los meses pasan y los muertos se acumulan, los esqueletos se alinean en el suelo de la isla, la esperanza disminuye, y Héloïse, protegida por Henry, un cirujano del ejército, sólo piensa en ser libre? hasta que la llegada de nuevos prisioneros, y entre ellos Louise, hará que su vida de un nuevo vuelco.
¿Entre la razón y la pasión, logrará Héloïse escapar de la desesperación? Porque si el amor puede ser un cautiverio voluntario, el mar la ha convertido en su obligada prisionera.