Autor:
José Rodrigo García de Jalón Roth
Ranking en Amazon: #525466
(ayer: #524921)
Páginas: 228
Descripción:
La visita de extraterrestres tiene ?entre otras no imaginadas? dos posibles razones: la primera (y que es la que se pretender desarrollar en este libro y de la que me declaro convencido) implica que nuestros observadores respetan y admiran nuestra civilización o por lo menos la encuentran valiosa; entonces, su visita y observación se debería a su enorme curiosidad por constatar hasta dónde nos puede llevar a los humanos nuestra infinita capacidad de imaginar lo posible y lo imposible, hasta dónde pueden llegar nuestros adelantos tecnológicos. La otra posible razón sería la intención de sumarnos a su civilización, a fin de aprovechar nuestros recursos y mano de obra; algo un poco (solo un poco) parecido a lo que sucedió tras la invasión europea al continente americano.
Hasta ahora nada ha parecido contradecir a la primera hipótesis: nos visitan para estudiarnos. Parecen acompañarnos como simples testigos de nuestra historia, lo que, en mi opinión ?insisto? implica que nos respetan; enriqueciéndose ellos, a su vez, con tal observación.
El universo es inmenso, mucho más grande de lo que jamás hemos llegado a imaginar. La creación es cientos de miles de veces mayor a lo que hasta hoy hemos logrado conocer. Y de ese tamaño son las sorpresas que nos esperan. Tengo la firme convicción de que la humanidad algún día viajará entre los cúmulos de galaxias, como ahora lo hacemos entre nuestras ciudades y naciones. Nuestra gran curiosidad, nuestra ilimitada capacidad de inventar, nos llevará a ellas. Somos parte del universo y ese es nuestro destino. Nos acompañan en este camino, innumerables civilizaciones distintas en todo, conformadas por criaturas increíbles, pues la vida es infinitamente más diversa en el cosmos que en la Tierra.
Yo creo firmemente en que nuestra capacidad intelectual ha sido adquirida como fruto de un proceso evolutivo obtenido en un periodo de tiempo mucho más largo al que hoy nuestros científicos en la materia suponen, el cual ?de haberse dado en este nuestro hermoso planeta? aún no ha sido registrado por la arqueología moderna.
La humanidad, entonces, posee una historia mucho más vasta y extraordinaria de lo que conocemos, y si sobrevivimos como civilización tecnológica y no olvidamos la importancia de nuestra vida espiritual, nuestro destino cuenta con las bases para ser magnífico.
Somos curiosos, inventivos, imaginativos y atrevidos, habilidades estas que son armas perfectas para llegar algún día a conocer y poblar el universo entero. Somos, como lo dijo Carl Sagan, el instrumento del universo para conocerse, pero también para multiplicarse y transformarse a sí mismo.
Realmente estamos apenas naciendo al conocimiento y la paradoja es que no tenemos nuestro futuro garantizado. Mas, si evitamos el autoaniquilarnos como especie, poco a poco iremos tomando conciencia de nuestra grandeza como humanidad. Cada vez seremos más y más solidarios, y nos preocuparemos por cambiar nuestras prioridades. Hasta ese entonces, desearemos producir y obtener para compartir y eso, y no otra cosa, nos garantizará el éxito, abriéndonos de par en par las puertas del universo, y convirtiéndose este ?en su totalidad? en nuestra casa.
