Durante un día soleado de 1862 en Oxford, el Reverendo Dodgson, no conocido aún como Lewis Carroll, cuenta a la familia Liddell la historia de las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas.
Pero Mary Prickett, la extraña institutriz de las hermanas Liddell, tiene una obsesión y hará todo lo posible para llevarla a cabo: a Mary no le gustan los niños, y especialmente Alice Liddell. Su plan será reemplazarla como musa del escritor porque quiere compensar su aburrida realidad de institutriz con delirios románticos y ensoñaciones.