Autor:
BERNIX GARDEZ
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Páginas: 303
Descripción:
La posibilidad de dejar de existir y alterar el orden de la vida es un riesgo que sólo tu especie es capaz de tomar para cumplir objetivos completamente reprochables y egoístas. El humano es capaz de cualquier cosa para mitigar el miedo, para tener más poder, para engrosar sus arcas y sus huestes, para mantener el amor, el placer y su existencia sin importar lo que haga falta; aunque en el camino afecte a las leyes de lo físico y destruyan con su codicia lo que debería ser inmutable.
En el principio del fin de todo, los humanos fueron sometidos al influjo egoísta de seres ajenos a su concepción natural; estos esclavizadores avanzados dieron lugar a la evolución forzada del hombre, debido a la manipulación de sus características excepcionales físicas y mentales, con el único fin de servirse de ellos.
Las adecuaciones a las que los sometieron fueron desdeñables, reprochables y exageradas, tanto que casi terminan por extinguirlos. Las cualidades inherentes al hombre, también despertaron el interés en otra especie que necesitaba de su cepa vital para no desaparecer, por lo que hicieron lo posible para liberarlos del yugo con ayuda de potestades de otros planos.
Estos entes se enteraron demasiado tarde de lo que era capaz la humanidad en apariencia inofensiva, llevándola hasta la cúspide del cosmos para terminar arrepintiéndose con cada acto deleznable protagonizado por sus líderes ambiciosos y repugnantes, que no tenían otra cosa en la cabeza que alcanzar continuamente la satisfacción de sus hambres siniestras e insaciables.
Los superhombres ciegos de poder, se dejaron llevar por sus actos demenciales, cometiendo error tras error en búsqueda de la supremacía de su especie; sucumbiendo a desmanes abominables, sujetos a impulsos infames que los llevaron a intentar saciar una sed de sangre cada vez más grande, efectuando con ello majestuosos festivales sodomitas en los que se sirvieron de seres preciosos y desgraciados que su creatividad más lasciva pudo crear.
El dolor, el goce, la avaricia, la tortura, la venganza y un amor desproporcionado y agonizante, distorsionado por sensaciones pulsantes; es lo que llevaron al humano a dejarse llevar por su nueva condición de gran bestia refinada, delirante y esclava de su naturaleza.
Cuando el amor se reconoce en la llaga, se vuelve inmisericorde y depravado; cada estúpido paso que protagonizan los dioses autoproclamados, les hace cavar más hondo esas ominosas tumbas que los esperan al final de los tiempos. Sean testigos del inicio de la historia más hilarante, vean a las deidades y a sus hordas repugnantes por sobre todas las cosas; irremediablemente arder.
-Aún puedo escuchar en la punta del cosmos esos alaridos de los que no debieron nacer, retorciéndose y resollando en mi nuca onírica. Sé lo que están haciendo, pero me gustaría no saberlo.
?Que no pueda ser visto no significa que no sea?
DK
