Pude percatarme de varias cosas y confirmar otras en el instante en que la vi.
Basándome solamente en su apariencia, Alka parecía muy joven. Era una chica bella y realmente pequeña. Pero lo que más llamó mi atención, que fue lo que aquella noche no había podido identificar, era la extraña diadema de tornillo que llevaba puesta sobre su largo cabello rojo.