Autor:
Aola Vanderbilt
Ranking en Amazon: #0 (ayer: #0)
Páginas: 160
Descripción:
Brent y Alfred Bradley se pelean por conquistar a la debutante más bella de la temporada: Agnes Willmond. Desde el momento que la conocen Cupido lanza tres flechas porque ella también se siente atraída y fascinada por ambos sin poder ver con claridad a quien ama más. Uno es alegre y divertido, el otro reservado y misterioso, ambos son guapos e intensamente viriles, con tanto amor para brindarle...
Ambos la quieren con igual ardor y pasión y se la disputan a golpes de puño hasta que la joven en cuestión confiesa que los ama a los dos y que no puede decidir por uno de ellos. Y para huir del dolor de amar a dos hermanos sin poder escoger a uno por esposo acepta casarse con sir Edward Howard, un caballero que le dobla la edad y a quienes los hermanos tildan de "pelmazo". Pero Agnes espera encontrar en sus brazos consuelo porque no deja de soñar con los hermanos y de añorar su compañía. Sueños turbadores que la perseguirán hasta que ellos, desesperados ante el dolor de perderla para siempre la raptan y la llevan a su señorío de Cumbria donde la desposarán y la tomaran para sí. La joven anhela ser la esposa de los dos y ellos aceptarán compartirla por amor, y la llenarán de caricias y de la pasión que tanto necesita su corazón.
Pero los hermanos siguen soñando con conquistarla y compiten en la cama por ser el mejor amante y en la cama ella comprenderá que aunque ama a los dos son distintos, y mientras que uno es avasallante y lujurioso, el otro es tierno y dulce. Sin embargo los necesita a ambos, porque los ama a los dos y no quiere dejar de sentir que la toman a la vez y quedan fundidos en su cuerpo, los tres como un solo ser.
Advertencia, esta es una novela romántica erótica de la era Victoriana donde se verán prácticas sexuales explícitas y también abundante menage, no recomendable a menores de edad ni a personas que puedan sentirme molestas u ofendidas con estas prácticas.
Extracto.
Y de pronto se encontró desnuda entre sus brazos y húmeda. Brent gimió al verla y Alfred pensó que esa noche perdería la cabeza. Era tan hermosa, tan dulce. Se desnudó más rápido que Brent para sentirla.
Agnes gimió al sentir sus besos y caricias, y observó extasiada los dos cuerpos perfectos y viriles, el pecho ancho y esos brazos fuertes que tantas veces la habían abrazado, y esas piernas largas bien formadas? No debía haber hombres más guapos que los hermanos Bradley?
?Los amo, los amo tanto?dijo ella tendiéndose en la cama, en esos momentos era un ángel tierno y virginal.
No podían detenerse, sabía que ya no podrían. Brent atrapó su boca y Alfred sus pechos apretándolos contra sus labios sintiendo como ese deseo lo consumía, no debían hacer eso