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Páginas: 199
Descripción:
El libro se va presentando con una decadencia pausada, porque desde su inicio va develando con lentitud, las ideas de quien lo escribe. Pero, no deja de ser interesante percibir el llamado de atención del autor respecto a: ?No solamente conservar y proteger la naturaleza como un ser, en sí misma; sino también, el darnos cuenta de cómo la naturaleza humana se modifica en forma depredada, por las acciones personales, que se van decantando con la toma de decisiones, sustentadas en el libre albedrío?. Pareciera que nos quiere decir, que los humanos, tendemos al mal, para resurgir en la santidad. Conducta que se contrapone a la de los animales, en razón de que éstos hacen lo que hacen, por el impulso de su propia naturaleza.
La sexualidad se plantea, en la escritura, como la búsqueda de la generación espontánea de la continuidad de la especie; en tanto que es la que permite, cuando se practica como entrega ingenua, la consolidación de los lazos afectivos, y también porque no, de la perversión en la relación íntima, cuando alguien sólo piensa y actúa para sí, y atropella a los demás.
Se sostiene la descripción, en el filo de la ficción y la realidad. Esto, porque, quien ha sostenido una relación sexual física o virtual, entenderá más fácil la exposición de ideas, y quizá recuerde que ha realizado alguno de los actos referidos, y otros, solo los ha imaginado. El mundo de los personajes se perfila en un ambiente rural, con incursión en lo urbano. En el recorrido de la lectura, van apareciendo valores y principios que se van contraponiendo; para al final, después de la tragedia, como casi siempre pasa, encontrar la paz y la quietud en el alma.
El lector podrá hacer muchas conjeturas, al encontrar una serie de teorías, relatos, cuentos, dichos, canciones y actitudes, para justificar o señalar la actividad racional o irracional de los personajes. Así mismo, llegará a visualizar interrogantes o afirmaciones que lo lleven a determinar que, en más de alguna ocasión, se ha estado en el mismo contexto; y concluirá sobre lo relatado, cuando menos así lo expreso yo, que:
?A pesar de la ceguera mental, provocada por las manifestaciones explicitas e implícitas de los tres amantes, que les permitió gozar de su cuerpo a extremos insospechados; cuando estos lograron recuperar los valores y la dignidad, que les permitió la calma y el sosiego, reconocieron que: ?Sólo el perdón y la verdad, pueden aligerar el tránsito por la vida, y permitir una sana convivencia, cuando se han dado momentos de yerros?. Esa manifestación de perdón, permitió que el infierno que también habían vivido sus familias, llegara a su fin, y por tanto, se lograran abrir, para todos los involucrados, las puertas a la esperanza.
Jesús Toño después de diez largos años de sufrimiento, se daba cuenta que por no someter los corceles de la lujuria, había perdido a su madre, a quien tuvo que despedir al pie del sepulcro, estando sometido como el más vil de los criminales. Sus familiares, amigos y compañeros de trabajo lo habían despreciado, por su perverso comportamiento. Además, desatendió la oportunidad de casarse con Amalia, una sensual norteamericana-mexicana, a quien dijo amar con toda la ternura que una alma pura puede ofrecer, y con quien tuvo la oportunidad de lograr su quimera: ?Tener cuatro hijos: dos niñas y dos niños?. Pero no logró nada, por su incontinencia.
Debió expiar su culpa, motivado porque su primer amante Silvia Adriana ?La Chivis?, le tendió una celada, que tenía como finalidad el gozarlo para ella sola, y para siempre. Ella, nunca le puso freno a la apetencia sexual de Jesús Toño; quien no pudo ver la perfidia, cuando actuó como animal salvaje en el último apareamiento, que lo llevó a su desgracia.
Todo lo provocó ?el macho?, después de haber disfrutado hasta la saciedad del cuerpo de ambas mujeres, sin tomar en cuenta que en los triángulos amorosos, siempre pierden los implicando, causando también daño colateral.Stella