"Intente identificar el bueno y el villano.
El autor pasa una fluidez y agilidad sin perder la profundidad necesaria para dar el peso a la historia. En esta continuación, el escenario post apocalíptico ya esta muy recuperado gracias al gobierno instalado por el protagonista. Pero el tiempo pasa y hace falta renovar.
Es difícil hablar sobre este libro sin revelar algún spoiler. Pero puedo adelantar que la ética sera cuestionada constantemente, más aún que en la primera parte. Intente identificar el bueno y el villano". In Folha de Sao Paulo
Sinopsis:
Matthias un joven que vivió aislado con su familia, luchando por la supervivencia, da los primeros pasos fuera de su granja, en una sociedad que emerge de las cenizas
Sara una chica que, aparentemente, huye para leste, para poder escaparse de las garras de un Estado opresor.
Gustavo, después de 15 años en el poder, decidí que es hora de encontrar un sucesor. Sin embargo, una sorpresa venida del pasado podrá cambiar sus planes.
El destino de los tres se cruzará
Pasaje:
Gustavo durmió mal durante la noche, sin conseguir conciliar el sueño, sin encontrar postura, moviéndose constantemente en la cama, miraba a su esposa y veía como Rute dormía plácidamente como un bebé. Se levantó y se sentó, solo, a oscuras, en el salón, delante de la televisión apagada. La temperatura era baja, la habitación estaba helada y su mente voló hasta la Era Antigua, cuando todavía era un niño y pasaba las vacaciones de Navidad con sus abuelos paternos, en Lentiscais, cuando éste aún era un pequeñísimo pueblo. Recordó a su abuelo despertándolo suavemente.- Gustavo, despierta, ¿quieres venir conmigo a la fuenteal.
- Venga, baja de ahí, Gustavo. Vete a girar la manivela de la fuente, mientras yo recojo el agua.
Como la manivela estaba fría y pesada, Gustavo se esforzaba para que la enorme rueda empezase a girar, entonces el agua almacenada en el naciente iniciaba un proceso de ascensión y el precioso líquido brotaba por un tubo colgado y llenaba los cuatro cántaros que habían llevado.
En el camino de vuelta, el viejo siempre le preguntaba:
- ¿Así que no quieres ir encima del burro?
- No, no hace falta, él ya va muy cargado, pobrecito.
- ¡Pero es un burro de carga! Sirve para esto.
- No, no te preocupes, voy bien a tu lado, abuelo.
- Eres un niño muy bueno, Gustavo. Tienes un gran corazón.