«Las relaciones son mediocres. Los rollos de una noche, también. ¿El motivo? En el primer caso suele primar la costumbre, y en el segundo, una necesidad mal gestionada, que parece que nos convierta en animales sin cerebro. La gente no es seria, no ama de verdad el placer, ni, por supuesto, se atreve a explorarlo. Por fortuna existo yo, la alternativa. Y me encontré con Moira en el momento preciso para salvarla de una vida gris, como hice antes con otras chicas. He querido que fuera su voz la que os contase los detalles más entretenidos de nuestra historia, porque creo que lo imprescindible ya lo he apuntado aquí.
Pasadlo muy bien con la lectura,
G. »