Autor:
oscar armando gomez mariscal
Ranking en Amazon: #0 (ayer: #0)
Páginas: 2108
Descripción:
Erase una vez un planeta que despertó?mejor dicho, que el hambre hizo despertar. Un despertar muy amargo que tenía que tragarse y saborearse día a día consientes también de que muy pronto habría que agregarle un ingrediente que lo haría aun más repugnante. El sabor salado y ferroso de la sangre que salpicaba cada más cerca y de la cual los muros que impedían alejarse de ella eran cada vez menos resistentes y pronto serían insuficientes para contenerles, la violencia era cada vez más despiadada y el instinto obligaba con mas ansia a derribarlos.
Fue así como irremediablemente fueron arrojados, de su miserable terruño hacia uno totalmente desconocido y ajeno en donde caían. La inmensa mayoría de ellos sin la más remota oportunidad de levantarse, permanecían tirados en el suelo sobreviviendo de la basura que los dueños de ese nuevo espacio les arrojaba y que ahora les alimentaba con el odio, humillación y desprecio que constantemente les escupían en la cara por su color y aspecto. Tarde se arrepentían de haber sido unos ignorantes cobardes que no enfrentaron a sus anteriores dueños con al menos una pequeña esperanza de liberarse de su sometimiento. Con estos ni siquiera como alucinación se vislumbraba una posibilidad como esa.
No se requiere de una revolución violenta para propiciar un cambio en lo que sucede hoy en día, eso simplemente llevaría a otras manos el mismo abuso. La solución la tiene cada uno de nosotros y es tan sencilla como cambiar los paradigmas que esos grupos que controlan el funcionamiento del planeta alientan porque son los que le empoderan. Una solución para resolver un problema es tan sencilla como el beber agua si se tiene sed, pero ¿qué sucede si se está en medio del desierto?
Cambiar paradigmas es tan complicado que ni siquiera pueden distinguirse. Lo primero que hay que hacer entonces es propiciar el que lo puedan ser y con ello una potencial valoración objetiva de ellas. Ese es el propósito de esta novela, muy extensa y en momentos aparentemente con demasiada información y detalles. Todos tienen una razón directa o indirecta para lograr un objetivo bien definido. Uno de ellos es para que se olvide de haber leído este prologo y se concentre únicamente en lo que sucede capitulo a capitulo y que es el retrato de una sociedad muy diferente a la actual. Ocurre en las postrimerías de un periodo excelso que acumuló varios milenios de estabilidad al que se llegó despues de haber superado una gran crisis en donde sólo unos cuantos pudieron superarlo. Esos, hijos de la miseria y desamparo más extremo fueron la ascendencia de una sociedad de costumbres y creencias cuyos paradigmas contrastaban con las que originaron la extinción masiva que a punto estuvo de acabar con todo.
Habían transcurrido ya casi 155 siglos de una rutina carente totalmente de dios, violencia, hambre, enfermedad, fronteras, depredación, ignorancia, injusticia, inseguridad, impunidad, racismo, prejuicios, preocupación, miedo, carencia, tristeza, amargura. Una comunidad global de huérfanos que disfrutaba plenamente de la vida aceptando lo bueno que recibía de ella y alejándose de lo que pudiera ocasionarle cualquier conflicto que enturbiara el único propósito que distinguían al haber llegado aquí; disfrutarlo.
Es al término de este largo periodo de plenitud que uno de ellos, ante las circunstancias y sin el estorbo de paradigma alguno descubre lo que seguramente muchos más antes que él habían logrado pero que nadie más quería escuchar y mucho menos aceptar; una valoración objetiva de la vida, desde la autopoiesis hasta la conciencia de la existencia.
La probabilidad de que condiciones similares se replicaran en todo el Universo llevaron aun más lejos las calificaciones y los pronósticos. No había posibilidad de rebatir nada, las conclusiones partían de las mismas bases en las que la ciencia había sustentado por milenios su desarrollo y aplicación.